Displasia de cadera pastor aleman

Vídeo de la displasia de cadera del pastor alemán

Los perros diagnosticados y tratados a tiempo tienen muchas más probabilidades de llevar una vida bastante normal y feliz que si la enfermedad sólo se detecta cuando son mayores. Si acaba de reconocer que su cachorro tiene dolor, no sea demasiado duro consigo mismo.

Todos los propietarios de perros deberían conocer los principales signos de la displasia de cadera canina, ya que su cachorro no podrá decirle que le duele, sólo mostrárselo. Por lo tanto, su trabajo como propietario de un perro es hacer de detective y estar atento a las señales.

En términos de calidad de vida, la cirugía puede ser la mejor opción para los perros jóvenes, pero la cirugía y la recuperación pueden no ser el camino correcto para un cachorro mayor. A medida que los perros envejecen, aumentan las complicaciones relacionadas con la cirugía y la anestesia, por lo que podría no merecer la pena el riesgo.

Una FHO, u ostectomía de la cabeza del fémur, es un procedimiento quirúrgico cuyo objetivo es devolver la movilidad sin dolor a una cadera enferma o dañada mediante la extirpación de la cabeza y el cuello del fémur (el hueso largo de la pierna o el muslo).

Este proceso implica la sustitución de la punta del fémur por una articulación fibrosa. Esta cirugía de displasia de cadera canina elimina la mayor parte del dolor del perro, pero no suele reparar completamente su movilidad o su rango de movimiento.

Esperanza de vida del pastor alemán con displasia de cadera

Los pastores alemanes tienen una larga historia de asociación con las personas.    Criados originalmente como perros de trabajo, fueron favorecidos para el pastoreo de ovejas y para defenderlas si eran atacadas.    Conocidos por su atletismo, inteligencia, afecto y naturaleza protectora de sus dueños, también son conocidos por las enfermedades que afectan a su raza de forma desproporcionada, debido a las malas prácticas de algunos criadores.

Lamentablemente, muchos de estos grandes animales terminan su vida con dolor, a menudo sin poder mantenerse en pie.    Hay tres causas comunes para ello, que pueden parecer iguales a un observador no entrenado, pero que requieren regímenes de tratamiento diferentes.

En una articulación displásica, los huesos están demasiado sueltos y no encajan bien en la cavidad.    Esto permite que los huesos se muevan más allá de su rango de movimiento apropiado, haciendo que los huesos se rocen.    Con el tiempo, esto provoca una inflamación y un aumento de las molestias.

La displasia de codo es el mismo problema en una articulación diferente.    En cualquiera de los casos, hay algunas opciones de tratamiento.    La dieta puede ayudar a reducir la inflamación, y mantener un peso saludable reducirá la tensión en la articulación.    Las zonas de descanso cálidas y secas también ayudan a controlar el dolor y la inflamación, sobre todo si la artritis se ha instalado.    Se puede utilizar medicación para el dolor, aunque algunos perros tienen condiciones que están contraindicadas para la medicación del dolor, y es mejor evitar su uso a largo plazo.

Prueba de displasia de cadera del pastor alemán

La displasia de cadera canina (CHD) es una enfermedad genética, modulada por factores epigenéticos y ambientales. Para disminuir la prevalencia de la CHD, se radiografían las articulaciones de la cadera de muchos perros de raza pura para identificar a los perros displásicos no aptos para la cría. Se ha demostrado que tanto la prevalencia como la gravedad de la cardiopatía isquémica pueden reducirse mediante la selección fenotípica, es decir, radiográfica, de los animales de cría. Este método se ha utilizado en muchos países durante más de 50 años. En el presente estudio, se evaluó la gravedad y la prevalencia de la CC en cinco razas grandes comunes en Suiza desde 1995. Tanto la prevalencia como la gravedad de la cardiopatía isquémica disminuyeron en cada raza entre los períodos 1995-1999 y 2010-2016. La prevalencia disminuyó en el Golden Retriever del 25 al 9% y en el Labrador Retriever del 16 al 3%, respectivamente. En el Flat-Coated Retriever, la prevalencia en general fue baja, disminuyendo del 6 al 3%. En el perro de montaña de Berna y el pastor alemán se observó una disminución del 21 al 12% y del 46 al 18%, respectivamente. Sin embargo, la tasa global de perros radiografiados es bastante baja (Retrievers 11 a 18%, perros de montaña de Berna: 23% y perros de pastor alemán: 31%) no permite sacar conclusiones fiables sobre la verdadera prevalencia de la cardiopatía isquémica en toda la población de estas razas en Suiza.

Displasia de cadera del pastor alemán vs. normal

Displasia de cadera. Estas dos palabras aterran a los propietarios de perros de razas grandes y gigantes, pero la verdad es que la displasia de cadera puede afectar a cualquier tamaño o raza de perro. Esta dolorosa afección puede reducir drásticamente la calidad de vida de un perro y es difícil de observar para los propietarios. La buena noticia es que la tenencia responsable de un perro y la información sobre posibles problemas de salud como la displasia de cadera pueden contribuir en gran medida a que su perro se sienta cómodo.

La displasia de cadera es una afección esquelética común, que suele darse en perros de razas grandes o gigantes, aunque también puede darse en razas más pequeñas. Para entender cómo funciona esta afección, los propietarios deben comprender primero la anatomía básica de la articulación de la cadera.

La articulación de la cadera funciona como una rótula. En los perros con displasia de cadera, la bola y la cavidad no encajan ni se desarrollan correctamente, y rozan y rechinan en lugar de deslizarse suavemente. Esto provoca un deterioro con el tiempo y una eventual pérdida de la función de la propia articulación.

Hay varios factores que conducen al desarrollo de la displasia de cadera en los perros, empezando por la genética. La displasia de cadera es hereditaria y es especialmente común en perros grandes, como el gran danés, el san bernardo, el labrador retriever y el pastor alemán. Factores como el ritmo de crecimiento excesivo, los tipos de ejercicio y el peso y la nutrición inadecuados pueden magnificar esta predisposición genética.