Epilepsia de ausencia en adultos
Epilepsia de ausencia en adultos
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crisis de ausencia atípicas en adultos
Las crisis de ausencia son uno de los varios tipos de crisis generalizadas. A veces se denominan crisis de petit mal (del francés “pequeña enfermedad”, un término que data de finales del siglo XVIII)[1] Las crisis de ausencia se caracterizan por una breve pérdida y retorno de la conciencia, generalmente no seguida de un período de letargo (es decir, sin un estado postictal notable).
Las manifestaciones clínicas de las crisis de ausencia varían significativamente entre los pacientes[2][3][4] El deterioro de la conciencia es el síntoma esencial, y puede ser el único síntoma clínico, pero puede combinarse con otras manifestaciones. El rasgo distintivo de las crisis de ausencia es la alteración brusca y repentina de la conciencia, la interrupción de las actividades en curso, la mirada perdida y posiblemente una breve rotación de los ojos hacia arriba. Si el paciente está hablando, el discurso se ralentiza o se interrumpe; si camina, se queda paralizado; si come, la comida se detiene en su camino a la boca. Por lo general, el paciente no responde cuando se le dirige la palabra. En algunos casos, los ataques se interrumpen cuando se llama al paciente. El ataque dura de unos segundos a medio minuto y se evapora tan rápidamente como comenzó. Las crisis de ausencia no suelen ir seguidas de un periodo de desorientación o letargo (estado post-ictal), en contraste con la mayoría de los trastornos convulsivos[cita requerida].
convulsiones de pequeño mal en adultos
Las crisis de ausencia, o crisis de pequeño mal, son un tipo de epilepsia. Afectan a ambos lados del cerebro. Una crisis es un episodio de actividad cerebral anormal. El paciente no es consciente de que se ha producido la crisis. Las crisis de ausencia pueden producirse más de 100 veces al día. Las crisis de ausencia no suelen causar problemas de salud graves. Algunas personas también desarrollan otro tipo de convulsión llamada convulsión tónico-clónica. Se trata de una crisis que provoca convulsiones. Las crisis de ausencia son más frecuentes en niños y adolescentes. También pueden empezar en la edad adulta. Esto se denomina convulsión de nueva aparición en adultos.
El profesional sanitario le preguntará por su estado de salud y por los medicamentos que toma. Dígale cuándo empezaron las convulsiones. Si es posible, traiga a alguien que le haya visto tener una convulsión. Esta persona puede informar al personal sanitario de lo que ocurrió durante el ataque, cuánto duró y cómo actuó después. Informe a su proveedor de atención médica sobre cualquier antecedente familiar de convulsiones y sobre cualquier enfermedad o traumatismo reciente. También puede necesitar cualquiera de los siguientes elementos:
tratamiento de las crisis de ausencia en adultos
Las ausencias típicas (antes conocidas como petit mal) son crisis generalizadas que se diferencian de cualquier otro tipo de ataque epiléptico.1 Son farmacológicamente únicas2-5 y exigen una atención especial en su tratamiento.6
La prevalencia de las ausencias típicas entre los niños con epilepsias es de aproximadamente un 10%, probablemente con una preponderancia femenina.6 Las ausencias típicas son fáciles de diagnosticar y tratar. Por lo tanto, es alarmante que el 40% de los niños con ausencias típicas hayan sido tratados inadecuadamente con fármacos contraindicados, como la carbamazepina y la vigabatrina, según un informe reciente de Londres, Reino Unido.7
El objetivo de este documento es ofrecer algunas orientaciones a los pediatras sobre el diagnóstico y el tratamiento de las crisis de ausencia típicas. Esto también es importante debido a la introducción de nuevos fármacos antiepilépticos. Éstos se prueban principalmente en las epilepsias parciales (focales) y no se generaliza su uso en el tratamiento de otras epilepsias.
6 Clínicamente, el rasgo distintivo de la ausencia es una alteración brusca y breve de la conciencia, con interrupción de la actividad en curso, y generalmente sin respuesta. La crisis dura de unos pocos a 20 segundos y termina súbitamente con la reanudación de la actividad previa a la ausencia, como si no se hubiera interrumpido. Aunque algunas crisis de ausencia pueden manifestarse sólo con alteración de la conciencia, ésta suele combinarse con lo siguiente:
¿son peligrosas las crisis de ausencia?
RESULTADOS De 86 adultos con epilepsias generalizadas idiopáticas y ausencias documentadas por EEG/video-EEG, 13 pacientes mostraron características clínico-EEG similares con: (a) “ausencias fantasma” que consisten en una leve alteración ictal de la cognición asociada a descargas breves (3-4 s), generalizadas de 3-4 Hz de picos/múltiples picos y ondas lentas; (b) convulsiones tónicas clónicas generalizadas infrecuentes, principalmente de aparición tardía, y (c), estado de ausencia que se produjo en seis de ellos bien de forma aislada o terminando con convulsiones tónicas clónicas generalizadas. Ninguno de los pacientes presentaba sacudidas mioclónicas ni fotosensibilidad. Dos pacientes eran padre e hija y otro paciente tenía antecedentes familiares de crisis tónicas clónicas generalizadas poco frecuentes.
Aunque se consideran raras en los adultos, las ausencias típicas con inicio en la infancia y la pubertad persisten en la vida adulta en el 7%-81% de los casos.1-10 Las características clínico-EEG de las ausencias típicas están relacionadas con el síndrome.8
11 La mayoría de los pacientes tienen síndromes de epilepsia generalizada idiopática como la epilepsia de ausencia juvenil, la epilepsia mioclónica juvenil, la mioclonía de los párpados con ausencias, la mioclonía perioral con ausencias y las ausencias reflejas.11
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